Nuestra herencia cultural presenta las quejas de índole proctológicas como motivo de burla y muchas veces, de vergüenza. Esto resulta que en numerosas ocasiones, pacientes con condiciones de sangrado, hemorroides, fisuras y aquellas muy serias, específicamente cáncer, lleguen a buscar ayuda médica cuando ya es muy tarde. Sin embargo, en los últimos años, ha habido un aumento en la detección temprana de las enfermedades del colon, recto y ano. Esto se debe en gran medida, a una intensa campaña de educación por parte de las agencias de salud. Nos hemos dado cuenta que la salud no tiene cultura. El bienestar del ser humano va por encima de lo que podemos entender como vergonzoso. El cuerpo humano trabaja en armonía y cada parte tiene una función importantísima. No dejemos que por temor, vergüenza o timidez nuestra salud sufra y podamos tener daños que puedan ser irreparables.